Dificultades para concentrarse en la tarea en los días siguientes al evento adverso, confusión.
Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, dolor abdominal, falta de apetito, pérdida de peso.
Estado de alerta, irritabilidad.
Insomnio, dificultades para disfrutar de sueño reparador.
Pesimismo ante la vida, tristeza.
Revivir el suceso una y otra vez.
Ira y cambios de humor en el trabajo.
Ira y cambios de humor en casa.
Dudas constantes sobre lo que se tiene que hacer en cada caso y si las decisiones clínicas son las correctas.